Desde esta selva soberana
te envio un abrazo de hermana
aferrando todo tu ser.
La mujer proletaria
presente en la lucha diaria
lleva los puños en alto
por ser su símbolo y su canto.
La memoria se nutre de relatos y de recuerdos, herencia intangible de una mujer amazónica que dedicó su vida a la lucha por la democracia, por la justicia social, por los derechos humanos, por la igualdad entre mujeres y hombres, por la equidad, por la preservación de la naturaleza, trillando los caminos de la enseñanza en la Selva Amazónica Pandina, en el norte boliviano.
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