Tesoro escondido del Amazonas,
serpenteantes ríos que forman
las venas navegables de tu ser
donde anida todo mi querer.
Selva virgen, ignorada
enmarañada de amor,
te balanceas apresurada
tras el futuro promisor.
Madre Bolivia, ésta estrella
de tu óvalo celeste,
siempre será centinela
aunque la vida nos cueste.
Pando, Hombre. Selva verde
Con tu fuego tropical
en el Acre se recuerde
como hito al maestro rural.
(Escrito en Cobija, septiembre de 1969)
Observación: Puede copiar siempre y cuando cite a la autora.
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1 comentario:
Norma: es un justo y merecido homenaje para una valerosa mujer pandina que sigue viviendo en nuestros corazones y no olvidaremos jamas que ademas de excelente profesora rural, ha sido madre, abuela y sobre todo amiga y consejera en todas las situaciones que por ventura vivimos a su lado.
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